Queridos herman@s,
Hace mucho tiempo que no escribo nada. Perdonenme, pero es que no soy tan bueno para escribir, me gusta mas comunicarme personalmente. Sin embargo, tengo este instrumento y es una forma de estar cerca de ustedes.
Como ya saben desde Pentecostes de este año, nos hemos convertido despues de muchos intentos en la UNICA PARROQUIA HISPANA EN OTTAWA. Para esto quisiera agradecerle, una vez mas, al Padre Gratian y a todos los parroquianos que estaban o/y siguen trabajando por nuestra parroquia. Yo solamente he cosechado lo que se ha sembrado con mucho cariño y desprendimiento de todos ustedes. Aqui les dejo con unas fotos. Estoy esperando que me den otras que pondre despues. Por favor preciona el link the abajo.
Fotos Inaguracion Parroquia
Aqui les dejo con las palabras que el Canciller de la Arquidiocesis dijo durante la Homilia de Inaguracion:
PENTECOSTÉS 2012 – Parroquia Sagrada Familia
Gran celebración hoy! Nacimiento de una nueva parroquia!… Decreto: “Obispo diocesano es el responsable del cuidado pastoral de los que viven en su diócesis y de cuidar del bienestar espiritual de los mismos, estableciendo parroquias cuando sea oportuno de hacer”Redemptoris Missio, 3 [1990]) Lumen Gentium, 12: “El mismo Espíritu Santo no sólo santifica y dirige el Pueblo de Dios mediante los sacramentos y los misterios y le adorna con virtudes, sino que también distribuye gracias especiales entre los fieles de cualquier condición, distribuyendo a cada uno según quiere (1 Co 12,11) sus dones, con los que les hace aptos y prontos para ejercer las diversas obras y deberes que sean útiles para la renovación y la mayor edificación de la Iglesia.”
En 1982, un grupo de los de habla español y de la comunidad hispana en la región empezaron a reunirse en esa iglesia, en la parroquia Frances-canadiense Sainte Famille cuando el Padre Gratien fue su párroco. Desde este tiempo ha crecido mucho la comunidad hispana, latina en la parroquia. Al mismo tiempo, bajó el # de Frances-canadienses en la parroquia y en la vecindad. No deberíamos olvidar su contribución a la vida de la Iglesia en ese área y en esa parroquia. La comunidad francesa los dieron la bienvenida con corazones abiertos y ustedes crecieron como comunidad espalda a espalda. Ahora podemos decir que esa comunidad les regaló la iglesia, y todos sus bienes. Y ustedes van a tomar cargo de la iglesia… una gran responsabilidad… por el crecimiento de la comunidad hispana y su compromiso a la parroquia en esos últimos anos, se han mostrado dignos de esa responsabilidad y es por eso que el Arzobispo les tiene mucha confianza y también tiene mucha confianza en las cualidades de liderazgo de su administrador, el P. Jorge. El es todavía joven y recién ordenado pero tiene mucho celo y energía y el deseo de servir y ver la comunidad crecer como familia de Dios, avanzando el Reino de Dios.
El tiempo ha sido oportuno ahora de establecer una parroquia personal bajo el patrocinio de Sagrada Familia para todas las personas en la Arquidiócesis de Ottawa que hablan español, las de herencia hispana y sus familiares. El
nombre de la parroquia, Sagrada Familia es muy apropiado. Es un seguimiento de la tradición de la parroquia. Pero los hispanos tienen también una gran devoción a la Sagrada Familia… a San José (cada segunda o tercera persona en mi parroquia en Houston estaban nombrados José) – San José es además el patrón de la Iglesia universal y de la Iglesia canadiense. Tienen grandes devociones a la virgen María también: la Virgen de Guadalupe en México, Nuestra Señora del Rosario en Perú, la Señora de la Paz en El Salvador así como el Divino Salvador del Mundo. Y todos adoramos a Jesús como el Salvador del Mundo.
Son tan bonitas todas esas devociones. Vienen de muchos diferentes países hispanos, latinos, y a través de los anos han podido formar una familia, un Cuerpo de Cristo. Han podido celebrar sus tradiciones, sus devociones, sus fiestas – tienen solidaridad entre ustedes. Es un gran testimonio de su fe, de su deseo de cooperar con Dios avanzando su Reino. Han crecido espalda a espalda, mano a mano. El Arzobispo les ve como un gran regalo para la Diócesis. Su fe, sus devociones, sus culturas y tradiciones no solo les pueden compartir en la parroquia o en la Diócesis pero deben influenciar toda la Iglesia y la sociedad.
Es obvio que estamos viviendo en un mundo, una sociedad muy secular. Nosotros cristianos católicos estamos enfrentando muchos retos. La desintegración familiar, la disminución de vocaciones sacerdotales y religiosas, el consumismo inútil, el gran olvido de los pobres, estos y otros muchos factores son síntomas del debilitamiento de la comunidad católica. La comunidad ha sido victima de las presiones del mundo secular donde los medios de comunicación constantemente se burlan del Evangelio y desprecian el gran valor central que constituye para la persona el ser hijo de Dios. Un número creciente de
católicos encuentra dificultad para vivir de acuerdo a nuestra tradición y a las enseñanzas de nuestra Iglesia. Las palabras de san Pablo advirtiéndonos que nuestra lucha es “contra los principados, contra las fuerzas dominadores de este mundo tenebroso” (Ef. 6,12) tienen un significado muy profundo para nuestro mundo de hoy. La necesidad de una profunda conversión personal a Cristo es evidente.
Estamos viviendo en lo que el Papa Juan Pablo II llamó el “amanecer de una nueva época misionera.” La Iglesia se enfrenta a la mayor crisis de la fe y de la apostasía en 2000 anos. Es por eso que Juan Pablo II hizo una invitación a toda la Iglesia para una Nueva Evangelización:
“Dios abre a la Iglesia horizontes de una humanidad más preparada para la siembra evangélica. Preveo que ha llegado el momento de dedicar todas las fuerzas eclesiales a la nueva evangelización y a la misión ad gentes. Ningún creyente en Cristo, ninguna institución de la Iglesia puede eludir este deber supremo: anunciar a Cristo a todos los pueblos” (
“Ser cristianos significa ser misioneros, ser apóstoles. No es suficiente descubrir a Cristo – ¡hay que llevarlo a los demás! Ustedes deben tener el valor de hablar de Cristo, de dar testimonio de su fe a través de un estilo de vida inspirado por el Evangelio. La mies es mucha, de hecho, para la evangelización y tantos trabajadores son necesarios. Cristo confía en ustedes y cuenta con su colaboración.” (Juan Pablo II, Jornada mundial para los jóvenes, ’89)
Hoy en día se necesita una comunidad más plenamente evangelizada y evangelizadora. Así como la primera evangelización del mundo necesitaba la efusión del Espíritu Santo en Pentecostés cada nueva época de la
evangelización requiere el poder y la guía de un nuevo Pentecostés.
Estamos celebrando hoy el nacimiento de la Iglesia en Pentecostés cuando Cristo fundó su Iglesia sobre los apóstoles para continuar su misión de salvación en todo el mundo. Derramó el Espíritu Santo sobre esos apóstoles para que pudieran cumplir con esa gran responsabilidad de evangelización. Como lo escuchamos el las lecturas de hoy y especialmente a través del libro de los Hechos de los apóstoles que hemos estado estudiando durante la temporada de Pascua esas ultimas semanas, vemos como desde el día de Pentecostés, los apóstoles fueron transformados de pescadores a pescadores de hombres.
Acabamos de escuchar dos versiones de Pentecostés (la de Juan en el Evangelio y la de Lucas que es el autor de los Hechos de los apóstoles). Tal vez no es tan importante los detalles de Pentecostés, pero lo que es importante es reconocer que Jesús, junto con el Padre cumplió con su promesa de enviar el Espíritu Santo sobre sus discípulos. Y gracias al Espíritu Santo, los apóstoles recibieron la autoridad de perdonar los pecados, recibieron el valor y la fuerza de lo alto para poder seguir con la misión salvífica que Cristo les había confiado – ir a todas las naciones proclamando la Buena Nueva con valor y celo y poder y con esa certitud que el Esp. Santo les iba a enseñar todas las cosas y les recordara todo cuanto Jesús les había dicho.
Esa promesa del Padre no fue solamente para los Apóstoles pero es también para todos nosotros, los discípulos de Cristo. Es cierto que hemos recibido el Espíritu Santo con todos sus dones en el bautismo y con más plenitud en la Confirmación. Pero hay mucho más poder y vida que Dios nos quiere dar. Hoy nos quiere dar una nueva efusión de su
Espiritu Santo… nos quiere despertar esos dones y carismas que hemos recibido no solo para nuestra propia santificación… pero para la edificación de toda la Iglesia. Como nos dice
Hemos todos recibido dones y carismas que nos hacen capaces de colaborar en la salvación de los otros y en el crecimiento del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia (CIC, 2003). Y es la obra del Espiritu Santo de unirnos más en Cristo, y en la misión que nos ha confiado.
Hoy, en esa gran solemnidad de Pentecostés, la celebración del cumpleaños de la Iglesia y en esa gran celebración del nacimiento de su nueva parroquia el Señor nos está haciendo la invitación de entregarnos a Él y abrir nuestros corazones a todas las bendiciones que El quiere derramar sobre esa comunidad y sobre todos aquí presentes – una efusión de Su Espíritu Santo tan grande para activar de nuevo y de una manera muy poderosa su Presencia en toda la Iglesia, en esa comunidad, y en nuestros corazones transformándonos para que podemos vivir la vida en el Espíritu como Hijos de Dios dando testimonio a los demás que Cristo esta vivo, que nos ama, que El es el Camino, la Verdad y la Vida. VEN ESPIRITU SANTO! Jesús, Maria y José, ruegen por nosotros! AMEN.
P. Christian Riesbeck, CC (Pentecostés, 2012)